UNA ENSALADILLA DIFERENTE Y UN CONCURSO QUE LLEGA A SU FIN...

Pido disculpas por llegar tarde!!! 

Si, si, el domingo, día 8 tocaba receta y dar a conocer el ganador/la ganadora del libro de recetas de Bea Roque, “El Rincón de Bea”. He tenido problemillas con mi ordenador en casa, y en el trabajo las cosas no han estado como para andar editando fotos y subiendo recetas, así que como “más vale tarde, que nunca”, aquí estoy con una recetita sencilla, de toda la vida y no menos rica rica.. 

Pero, primero… el nombre de la ganadora del concurso que ha sido Rosi, del blog: "Mi mundo pinkcake".  Enhorabuena, Rosi!!! El libro va en camino para que lo tengas antes de Navidades!!!

Y ahora…. la receta…!!!

Ingredientes: 

500 gr de preparado de ensaladilla tradicional congelada 

200 g de salmón noruego fresco en filetes (Yo: gambas cocidas porque no tenía salmón a mano) 

250g de queso tipo quark 

2 cucharadas de aceite de oliva virgen extra 

Sal 

Preparación: 

1.- Calentar agua en una olla con un poco de sal. Incorporar las verduras de la ensaladilla sin descongelar. Cuando vuelva a hervir el agua, cocer durante 5 minutos. Pasado este tiempo, colar las verduras reservando parte del agua de la cocción para usarla después. 

2.- Cortar los filetes de salmón noruego en dados pequeños, escaldarlos en el agua de cocción reservada, retirarlo y dejarlo templar a temperatura ambiente, no dentro de la nevera. (Yo: herví las gambas, porque me quedé sin salmón, porque éste había sido utilizado por mi hijo en otra receta…y no avisó!!!!) 

3.- En un bol aparte, batir el queso tipo quark y mezclarlo en un bol con las verduras de la ensaladilla y el aceite. Rectificar de sal y agregar el salmón. Dejar reposar la mezla en el frigorífico y servir el plato frio. 

Nota: 

1.- Si se desea, se puede sustituir el queso por salsa mayonesa ligera envasada o hecha en casa. 

2.- Queso Quark: Parece un queso fresco, pero no lo es. El queso quark, que puede elaborarse con leche de vaca, de cabra, de oveja o con una mezcla de ellas, está entre la cuajada y la crema. Su sabor ácido le confiere una especial versatilidad para utilizarse tanto para platos dulces como salados. Aunque en España no está muy generalizado, en otros países como Alemania o Austria es un básico que no falta en ninguna cocina.