Fotos: Rolando Rodríguez Boligán
¿A qué saben los tamales cubanos?
Llevo a Cuba en mi
memoria y mi corazón y hay sabores (y olores) que no me abandonan, ni me
abandonarán jamás.
Vengo de una
familia muy tradicional y esas tradiciones tan arraigadas se notan... sobre todo, en las gastronomía. Mi abuela cocinaba los platos favoritos de
mi abuelo, que eran todas las comidas criollas. De mi madre llevo dentro el gusto, la pasión y
el deseo por la gastronomía. Me encanta
probar nuevas recetas, pero a veces disfruto muchísimo rescatando esas recetas
que huelen a mi infancia y adolescencia en Cuba…
Mi hija Alexis
cumplió 22 años el día 6 de septiembre… y aprovechamos la coyuntura para “matar
dos pájaros de un tiro”. O sea, celebrar
su cumple con la familia, y mostrarles nuestro nuevo hogar. Si, si, hace un año compramos una casita de
pueblo: pequeña, estrecha, sin comodidades a priori, pero que a lo largo de
este año hemos estado reformando y redecorando hasta crear nuestro rincón… una
casa con nuestra esencia… nuestro hogar.
Mi marido se
encargó de la Barbacoa en el patio y yo quise agasajar a los invitados con un plato típico de mi Isla Verde. Mis
cuñadas, que han visitado Cuba ya conocen nuestros platos cubanos... y de hecho, uno de mis cuñados dijo que si no hacía tamales,
no vendría, así que tuve una buena razón para elegir el plato: TAMALES? Si, señor, tamales… No son difíciles de
hacer, aunque son muy, muy laboriosos, pero definitivamente, valió la pena.
Tamal es
el nombre genérico dado a varios platillos americanos de origen indígena, que son preparados generalmente con masa de maíz rellena de carnes, vegetales, pimientos,
frutas, salsas y otros ingredientes, que después, se envuelve en
hojas de mazorca de maíz o
de plátano, o incluso papel
de aluminio (como fue mi caso, ya que no tuve a mi alcance ninguna de las dos opciones mencionadas) y cocida en agua o al vapor. Pueden tener sabor dulce o
salado. Así que todos (o casi todos) los paises hispanoamericanos tienen su propia versión de tamales, y yo he hecho mis tamales cubanos, partiendo de una versión "emigrante", ya que al no tener mazorcas de maiz tierno, ni hojas de maiz, hemos tenido que "inventarnos" el sabor... El invento es de mi madre y lo guardo como oro en paño...
Ingredientes: (Tamal)
Maiz tierno enlatado (Yo: una lata enorrrrrrme de 1,775 g de Makro)
Leche entera (Yo: desnatada)
2k de carne de aguja de cerdo deshuesada y cortada en cubos de 3 cms.
Harina fina de maiz (Yo: Pam, harina de maiz seca)
1/2 medida de aceite de girasol (Yo: Aceite de Girasol marca Hacendado)
Papel albal
Hilo de cocina (Yo: Hilo Brahamante)
Vinagre económico (Yo: Vinagre de manzana marca Hacendado)
Sal
Pimienta
Agua
Ingredientes: (Sofrito)
2 pimientos verdes cortados en tiras
1 pimiento rojo cortado en tira
2 guindillas (pequeños pimientos de cayena)
1 cebolla grande cortada en cuadritos pequeños
5 dientes de ajo
1/2 cucharadita de orégano
1/2 cucharadita de hojas de laurel molido o 2 hojas de laurel
1 bote de tomate natural triturado (Yo: 2 botes)
Aceite de oliva virgen extra
Nota Importante:
La proporción es: 3 medidas de maiz + 1 medida de leche + 1 medida de harina fina de maíz. (1 medida de maíz=vaso de 200 ml)
Primero: Preparar sofrito
Machacar los ajos, el orégano, laurel, guindillas.
En el aceite de oliva freir los pimientos, agregar la cebolla y cuando ésta se vea transparente, añadir lo que hemos "machacado". Revolver. Bajar el fuego y añadir el tomate triturado natural. Cubrir y dejar hacer durante 7-10 minutos a fuego medio-bajo. Esperar a que llegue a temperatura ambiente. Nota: Yo trituré todo el sofrito pues en casa a veces no les gusta encontrarse con tropezones de pimientos en la comida. Reservar.
Segundo: La carne
Salpimentar la carne y dorar en el aceite de girasol. Añadir agua hasta cubrir la carne y dejar hacer a fuego medio hasta que se haya reducido el agua y la carne esté blanda.
Pasar la carne a una olla grande, agregar el sofrito y dejar cocer a fuego medio-bajo para que la carne obtenga el sabor del sofrito (10-15 minutos). Reservar.
Tercero: El maíz
Triturar el maiz con la leche. No dejar demasiado fino pues siempre es agradable encontrar textura de maiz en el tamal.
Cuarto: La mezcla
Agregamos el maíz molido a la olla donde están el sofrito y la carne. Bajamos el fuego al mínimo y añadimos la harina de maiz. Revolvemos y apagamos totalmente el fuego. Esta mezcla no es necesaria que se cocine, ya que los tamales, una vez listos, se hervirán.
Preparación:
Con el papel albal cortamos unos cuadrados de aproximadamente 25cm2. Los doblamos por el centro y en dos de sus lados hacemos una especie de doblez y volvemos a doblar sobre el doblez al menos dos veces. Creando una especie de sobre donde hemos dejado el lado superior abierto, ya que por esa entrada "echaremos" la mezcla anteriormente preparada. Hago incapié en los dobleces, ya que no queremos que se abra y se salga el contenido de éste. Dentro del sobre colocaremos aproximadamente 300g de la mezcla. Entonces procederemos a cerrar con dobleces la parte del sobre que habíamos utilizado para echar la mezcla.
Tomamos otro de los cuadrados del papel albal y procedemos a envolver con él el sobre previamente creado. Lo que tratamos de hacer es que el contenido del sobre quede bien protegido. Una vez hecho ésto, tomamos el hilo de cocinar (Brahamante) y cortamos mas o menos 60 cm de largo. Con el hilo, atamos el sobre. Primero al largo, doblando el hilo en el centro y después horizontalmente. Atamos con un nudo doble y ya está... así de simple!!!
Cuando hemos terminado de llenar todos y atar todos los sobres, ponemos una olla de grandes dimensiones llena de agua a hervir. Echamos un buen "chorrete" de vinagre al agua y un par de cucharadas de sal gruesa.
Nota: Añadimos vinagre para que el papel albal no se torne negruzco y se quede tal como es.
Cuando el agua comience a hervir, añadimos los tamales y dejamos hervir durante 40 minutos.
Importante: Los tamales NO se deben abrir cuando están caliente, ya que quedan como un puré. Hay que esperar a que pierdan temperatura.
Como yo suelo hacer muchos tamales a la vez, ya que esta labor no se puede realizar a menudo por falta de tiempo, congelo los sobres SIN HERVIR. Cuando queremos comerlos, simplemente los hervimos como expliqué en el párrafo anterior, esperamos a que NO estén caliente... y a disfrutar!!!
Yo los suelo servir con un buen chorro de aceite de oliva virgen por encima y un poco de salsa picante!!!!
Qué ricos!!!!